Vecinitos, vecinitos...
Ruidos innombrables, King Áfrika llevando la batuta
a las dos de la madrugada.
Vidrio quebrado, gritos desaliñados
a las dos de la madrugada.
Una voz en el cielo clamando por más alcohol
a las dos de la madrugada.
La cama me acoge, el sueño me inunda
a las dos de la madrugada.
Los animales mantienen su jolgorio en el patio
a las dos de la madrugada.
Mi cerebro va a estallar ¡Quiero dormir!
a las dos de la madrugada.
A las dos de la madrugada, a las dos en punto de la madrugada.
(Dedicado a mis vecinos)
Villalobos
1 Comments:
muy bueno, si señor
7:03 p. m.
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