jueves, febrero 23, 2006

No estoy cansado y no tengo lugar donde ir. ¿Podrías no tocas algo?

Abeja verde que lucha contra el colorido viento de la tarde de otoño sabe que no sobrevivirá a la luz del domingo rebosa de miel por los cuatro costados ataca a las moscas por diversión.

Bienvenido a tu pena, bienvenido a tu condena. Solo esperan oscuras cavernas de horrores impredecibles que agotan el espíritu del universo con su incansable ansia de sufrimiento. Estúpidos ansiosos por ser complacidos con famas eternas y que repiten una y otra vez en mis oídos cansados mensajes sin trascendencia con pretensiones de verdad por toda la larga noche de los tiempos. Que me niegan eventos evidentes y me hacen evidentes falsedades manifiestas que fatigan el alma y la esperanza y donde solo en algunas galerías encuentras almas inamovibles por la marea que hacen que mantengas la cordura. Pobres diablos que se hacen llamar iluminados y bombardean continuamente con mecánicos mensajes tu mente.

Aquellos estúpidos embrutecidos por la voz de la razón que no pueden ver más allá de un palmo y que atormentan conciencias para alimentarse de ellas y seguir existiendo. Estúpidos embrutecidos que luchan contra torres de Lebab que permanecen inalteradas por el paso de la verdad en su contra, gangsters de Lebab que se oponen con ferocidad a los otros defendiendo la razón. Estúpidos unos y estúpidos otros que forman parte del mismo plan del maligno para acabar con las esperanzas. Estúpidos que luchan y mientras tú y yo en el medio manteniendo una esperanza fundamentada en magia. Sólo la magia inexplicable puede ayudarte a mantenerte firme contra los estúpidos de la razón y sus aliados.

Llegará el día en que en una tintineante mañana despiertes sin sueño y dispuesto a escuchar magias, tintineante mañana de viento de arco iris que arrastra hojas marrones en ciclones elegantes y delicados hasta el cielo donde luces de fresco resplandor adornan a sonrientes nubes y montañas. Riachuelos con carros de enormes ruedas hundidas en su fango azul donde lo pequeños duendes de la generación de Puck cantarán canciones en la tarde y reirán en carcajadas contagiosas durante toda la noche.

Eterna mañana cascabeleante donde no tienen cabida los servidores de mensajes plastificados que se repiten como ecos sin significado alguno y donde aquellos pobres siervos de la razón, diablos de naturaleza débil, se asombren y escandalicen porque hadas de aspecto angelical se carcajean de sus inútiles luchas. Mañana feliz de lluvia continua con muchachas jugando a recoger lluvia en sus manos y amenazando con mojar a otros muchachos en algarabías sin orden ni control que escandalizaran por diversión a los razonables a los que los pequeños seres amorfos dispararán risas incontenibles en su cara.

Mañana de felicidad inmediata.

Loma

 
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