jueves, febrero 09, 2006

El otro lado del grifo

Resulta que hoy me puse a pensar... Qué vara nos dan con el estatut, los papeles de Salamanca, la ley antitabaco, los más y los menos de dibujar a Mahoma, el armamento Sirio... pero a nadie se le ocurre hablar del punto más fundamental. El precio del agua. Porque, amigos, somos un nosecuantosdealto porciento de agua, y eso si no se cuida probablemente se evapore cual gota en la arena candente. Aqui nos pueden subir los precios del petróleo, de los móviles, de la carnicería... y podemos prescindir de ello, en mayor o menor medida (Quizás alguien prescinda de la alimentación antes que de su colección de DVDs) pero como nos suban el precio del agua, ¡Estamos jodidos! ¡Vamos a ver quien bebe de los ríos así sin condón ni nada!. Aunque estoy obviando el asunto alimenticio, lo hago intencionadamente dado que, como en publicaciones anteriores, mantendré como solución la alimentación ratófaga (Tema que podría desencadenar en la declaración de guerra entre las ratas y los homos, pero este otro asunto lo trataremos otro día), por lo que el único asunto espinoso es el del precio del agua. ¿Quién lo controla? ¿Desde dónde? ¿Desde cuándo?... en resumen, ¿Quien está "al otro lado del grifo"? Se abre la temporada de opinión del lector. El que suscribe propone armar un pequeño ejército de leales descerebrados para explorar la red de suministro acuífero y llegar hasta el final... aunque como últimamente las acciones militares dejan mucho que desear, ¡Que tiempos aquellos quedaron atrás cuando Cayo conquistaba las galias con doce pendejos!, prefiero dejar a los leales descerebrados cantándole himnos a un trapo de colores y tratar el asunto del líquido elemento de otra manera menos occidental. ¿Quizás una exploración aérea? No sé, no sé...


Villalobos

 
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