Romance

La encina es la única que puede comprender los mensajes del viento. Viento poderoso y furioso y a veces apacible que se balancea sobre océanos y desiertos y conoce misterios insondables para cualquiera que no sea él. Viento viejo curtido en mil batallas, (¡viento viejo curtido en todas las batallas del mundo!) que camina sin hacer ruido y jamás muestra hasta donde alcanza su sabiduría.
El viento solo habla con la encina porque es la única que merece su respeto desde lo alto de su colina. Majestuosa afronta los anocheceres e inquebrantable las tormentas. Imagen atemorizadora por su fuerza para el resto. Siempre en soledad, la encina.
El viento le habla de Pasado y de Presente y de Futuro porque él conoce las respuestas a todas las preguntas. El viento le roza y zarandea y dibuja torbellinos de juguete con sus hojas secas formando acuarelas de impensables tonalidades. El viento ulula y silva a su alrededor cantando canciones azuladas las noches de invierno y marrones las de verano. El viento corre veloz y realiza ágiles giros que provocan que la encina tenga problemas para ocultar su asombro.




El viento a veces desaparece durante días, se esconde por insospechados motivos, pero vuelve con fuerza y lanza agudos gritos que asustan a los niños e intranquilizan a las demás criaturas.

Loma