lunes, febrero 06, 2006

Como cocinar treinta tuaregs y un gigante verde

Como sombras enjutas desfilan ante sus ojos pequeños tuaregs de mirada huidiza.
-Son por lo menos treinta-
-Y fíjate lo rápido que andan, como si tuvieran prisa de ir a algún lado-

En realidad no van a ninguna parte, sólo recorren las calles empedradas y mojadas de la ciudad asombrando a todos.

-Es curioso, no llevan camellos-

No tienen camellos pero visten ropas amplias y oscuras que les dan aspecto de fantasmas, algunos portan sables curvos a la cintura. No tienen expresión en la cara, mantienen su veloz paso a través de la ciudad. Pronto desaparecerán. No hacen ruido, apenas un leve zumbido al rozarse sus telas.

Entre la gente algunos tienen miedo, la mayoría no. No pueden tener miedo porque no dan crédito a sus ojos. Tienen toda la razón, no se puede concebir como han llegado hasta aquí y menos aún tampoco para qué.

-Fíjate, es enorme, mira que pies mas grandes-

A unos metros de la fila de tuaregs aparece de repente un gigante vestido de verde. Es pelirrojo y saluda a todos. Tiene cara redonda y pecosa, luce como iluminada por una luz. La gente continua perpleja.

Al cabo de una hora todo ha pasado. Todos vuelven a su casa entre la lluvia.

-Cosas veredes, amigo-
-Si-

Loma

 
ecoestadistica.com