lunes, junio 05, 2006

El señor

Me observa... durante todo el día... durante toda la noche... Bovinamente inexpresivo, maquiavélico, seguro que profundamente inteligente... ¿Qué planes maquinara? ¿Qué futuro estará estableciendo para mí? Lo curioso es que su influencia se deja notar, no hago nada que pueda incitarlo a mi destrucción. Eso se llama respeto... ¡Qué coño! Es miedo, miedo a que su intensidad inquisitorial se agudize, que me... empieze a controlar. Quema seres humanos... Acuchilla pequeños corderitos... Especula con el suelo... Oh dioses míos, ¿Por qué me habéis abandonado? ¿Quién me condenó a tal sufrimiento? Perdon, mi señor, no quería subyugarme. Fueron ellos, ellos me dominaron la mente para rebelarme, yo no quise. Gracias por su magnanimidad, señor. ¿Cómo reparar mi falta? Si. Más presas. Sí, señor.

Villalobos

 
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